Sorolla y el Sindrome de Stendhal
- edwino54
- 26 abr 2022
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 6 may 2022

1908, Idilio en el mar. Archivo personal.
En días pasados visitamos la exposición Joaquín Sorolla (1863, Valencia-España -1923, Cercedilla-España), Pittore di luce, en el Palazzo Reale de Milán, que como siempre organiza importantes eventos sobre pintores no tan conocidos por el publico italiano. De allí me surgieron algunas reflexiones que quiero compartir.
Hace un tiempo había escrito sobre el Síndrome de Stendhal, esa "enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión, temblor y palpitaciones cuando el individuo es expuesto a obras de arte".
Este síndrome descrito por Stendhal padecido en su viaje por Roma y Florencia se refiere al exceso de emociones que producen las obras bellas en el espectador. Pero no en el artista que creó esas obras. Seguramente todo artista en su momento de inspiración, en ese "raptus" creativo, siente un placer enorme, un goce paragonable a otro tipo de placeres.
Pero aunque no lo puedo asegurar, son pocos los artistas, los creadores de obras de arte, los que han dejado consignado en sus escritos, ese placer embriagador, esa sensación en donde como describía en el articulo EL SÍNDROME DE STENDHAL Y LOS REYES MAGOS (O quién es quién?), "... el corazón se detiene, la respiración se agita. El corazón se acelera, la respiración queda en pausa sin que intervenga la voluntad." https://edwino54.wixsite.com/bodocus/post/el-s%C3%ADndrome-de-stendhal-y-los-reyes-magos-o-qui%C3%A9n-es-qui%C3%A9n
Pero al parecer los artistas también sufren de es estos insufribles síntomas, y algunos como Sorolla lo dejan claramente expresado:
"Lo que quisiera realmente es no emocionarme tanto, porque después de algunas horas, me siento agotado, exhausto, no logro soportar tanto placer, ya no aguanto tanto; la pintura, cuando la sientes, es superior a todo..."
Y es que Sorolla pintaba en "plein air", al aire libre y sobre todo al sol, las escenas de familia, de los niños correteando que saltan las olas y los paisajes de su amada España. Ese ejercicio de pintar le exigía muchas horas de concentración, atento al cambiar de las luces, al alargarse de las sombras, a los reflejos contrastados en los objetos y en los cuerpos que pintaba. Eran largas horas donde el placer continuado, las largas y veloces pinceladas, se convertían, si se me permite, en un orgasmo largo y agotador.
Porque, ¿Cuánto se puede haber demorado Sorolla pintando "Cosiendo la vela", un oleo de 220 por 300 centímetros? Una pintura donde al menos el 60 porciento de la superficie es una tela blanca, claro no una simple tela, si no una vela blanca, extraída de sus pinturas de barcos y pescadores. El manejo de los blancos , de los reflejos de la luz en cada pliegue de la tela nos explican porque Sorolla, en el pleno apogeo de los pintores que hacían de la luz la razón de ser de sus obra, era reconocido como el "Pintor de la Luz".

1896, Cosiendo la vela. Archivo personal
Sorolla fue un pintor feliz, al menos gran parte de su vida. A pesar de que quedó huérfano muy niño, mucha parte de su obra muestra niños disfrutando de las playas, del calor, retozando en el agua.
Revisando los temas sociales que pintó Sorolla impacta la "Trata de blancas" de 1894. Cuatro jóvenes son llevadas, por la que ahora llamaríamos su proxeneta, en un escuálido vagón de tercera clase, hacia su cruel destino. A pesar de la triste situación de las jóvenes, Sorolla logra dar serenidad y tranquilidad a sus rostros.

1894, Trata de Blancas. Archivo personal.
En este periodo social, Sorolla enfrentó temas difíciles, que reflejaban los problemas de la sociedad española. Por ejemplo en el cuadro "Y después dicen que el pescado es caro", ironiza sobre el tema mostrando a unos pescadores que asisten a su compañero agonizante, vida que se pierde y que Sorolla "suma" al costo del pescado.
Pero donde mejor se muestra la capacidad de Sorolla de pintar temas con un trasfondo social doloroso, pero sin perder la alegría de pintar es en "¡Triste herencia! " En esta gran tela Sorolla pinta los niños enfermos (en esa época los españoles creían que el alcohol y los vicios producían todas las enfermedades de los niños) , muchos de ellos con polio que llegan a la orilla del mar, acompañados de los frailes del Hospital de San Juan de Dios, y en la medida de sus posibilidades físicas, juegan en las olas o como en la figura principal, un pequeño es sostenido por los brazos de un fraile para que pueda sentir la calidez del mar. De esta escena el mismo Sorolla afirmó que era "tan bella y tan triste a la vez". El dramatismo estaba en sus pinturas , pero la alegría de pintar seguía en ellas!

1899, Triste Herencia. Archivo personal.
Pero volvamos al síndrome de Stendhal del pintor. Es evidente la felicidad que sentía al retratar a su familia, en las largas temporadas veraniegas, en Valencia, en Sevilla o en Biarritz. Las imágenes reflejan la tranquilidad de la vida familiar, el disfrute de la mutua compañía, su amor por Clotilde y sus hijos. Los retratos ya fueran de sus amigos o por encargo reflejan placidez en los rostros y posturas de sus modelos.

1908, Playa de Valencia a la luz de la mañana. Archivo personal.
Sorolla disfrutaba de su arte, disfrutaba explorando nuevas texturas y pinceladas, nuevos enfoques, diferentes perspectivas y composiciones. Disfrutaba intensamente su trabajo, hasta que un día... un día, se cruzo en su camino un entusiasta de su obra y cambio su destino.
Archer Milton Huntington, fundador de la biblioteca de la Sociedad Hispánica de América le encargó un trabajo monumental de catorce murales donde se deberían plasmar los personajes (Tipos) y la idiosincrasia de las Regiones Españolas. Este gran "ciclo pictórico" sobre las provincias españolas, le exigió un esfuerzo sobrehumano a Sorolla, no tanto desde el punto de vista de sus capacidades como pintor, si no por todo el enorme trabajo de investigación de los Tipos regionales que le implicó innumerables viajes no siempre en las mejores condiciones.
Este esfuerzo le significó un gran desgaste para su salud física y emocional. Ya desde 1912, fecha en que inicio sus múltiples viajes, Sorolla empezó a lamentarse diariamente en la correspondencia con su esposa Clotilde: "Estoy mareado y no sigo escribiendo". "El mareo me sigue aún, no tan fuerte como en Madrid". "Aún me resiento de algún pequeño mareíto y hoy he suprimido el tabaco". Inclusive llega a revelarle a Clotilde "... cuando estoy tan cansado me acuesto y lloro".
A pesar de la satisfacción que le debió producir este trabajo donde reflejaba los Tipos, el folclore, las indumentarias de España, Sorolla empezó a dudar del por qué de su labor: "Yo no debería pintar ya más. Son demasiados años de lucha y repito la canción, no debía haberme comprometido con esta obra tan larga y pesada, cuando tan trabajado estoy. Hay ratos que me encuentro animoso y joven, pero éstos duran poco, son chispazos".
Esta situación física y emocional cambio la espontaneidad y la luz, e incluso la paleta misma de los colores sorollianos se vuelve mas plana y desaparecen casi por completo las sombras y los reflejos,

1912, Tipos de Lagartera o Novia lagarterana. Archivo personal.
¿Estas figuras hieráticas son causa o efecto? ¿Son causadas por su incipiente enfermad o son reflejo de su desanimo por tener que pintar por encargo y bajo presión? ¿Hacen parte de la idiosincrasia de los personajes o también su aspecto lúgubre, a pesar de estar vestidos de fiesta, esta ligado a la falta de pasión y de entusiasmo que Sorolla sintió realizando este trabajo que lo volvió rico, pero que apagó su espíritu lúdico?
Ese placer que Sorolla "no podía soportar" al pintar los niños en la playa y a su familia, despareció mientras desarrolló entre 1912 y 1919 los catorce grandes murales para la sociedad hispánica y el cansancio que le produjo esta actividad lo ayudó como dice su bisnieta Blanca Pons-Sorolla "a que muriese tan joven".
El 20 de junio de 1920, Sorolla sufrió un accidente cerebro vascular que cambió su vida definitivamente. Su vida, en los siguientes tres años, mas que un infierno se convirtió en un paso doloroso por un túnel de oscuridad y dolor: su luz se fue apagando lentamente.
Cuando sufrió el accidente Sorolla estaba pintando el que sería su último cuadro que quedó inacabado, Retrato de Mabel Rick, la esposa de su amigo Pérez de Ayala.

1920, Retrato de Mabel Rick, señora Pérez Ayala. Cortesía museo Sorolla
En esta obra, la luz también se estaba apagando lentamente.
Moraleja: cuando el artista deja de pintar por amor al arte y entrega su creatividad y su mundo al "mercado", no solo su arte se ve impactado, si no su mismo bienestar, su esencia de artista y su placer de vivir haciendo lo que mas le gusta: pintar lo que ve y lo que siente.
Edwin Ortega del Chiaro
BIBLIOGRAFIA
AA VV. 2022. Catalogo Joaquín Sorolla, Pittore di luce. Milano: A. Skira
Aimur, Carlos 2014. ¿Qué mato a Sorolla? http://epoca1.valenciaplaza.com/ver/136255/que-mato-a-sorolla.
Ortega del Chiaro, Edwin. 2020. El síndrome de Stendhal y los Reyes Magos (O quién es quién?).
Sperandio Luca, La pittura celebra una nazione: Sorolla e Mucha, http://www.lachiavedisophia.com/blog/la-pittura-celebra-una-nazione-sorolla-e-mucha/
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